miércoles, 5 de noviembre de 2008

Revisitaciones matutinas

¡Buenos días!

Pues sí, todas y cada una de las mañanas, escriba o no matutinos, visito una y otra vez, cual si fuera su virginal ángel de la guarda, y viceversa, esta esplendorosa ribera del Arlanzón, que continúa arrobadoramente engalanada de otoño, destilando deliciosos aromas, regalándonos borracheras de color, e invitándonos al indolente hedonismo. El clima sigue de gris nuboso pero con más placidas temperaturas y tratando el sol de hacerse un hueco por entre el espeso enmarañamiento de nubes.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Retorno a Brideshead" ("Brideshead revisited"), de Julian Jarrold, y con Mathew Goode, Ben Whishaw, Hayley Atwell, y Emma Thompson. Basada en la novéla homónima de Evelyn Waugh, que ya fue adaptada en los años 80 en una famosa miniserie de TV, que no vi salvo algún capítulo suelto, nos cuenta la historia de un joven de clase media que en la universidad conoce a otro joven universitario de aristocrática familia, de atormentada educación católica, sodomita y dipsómano (por emplear los términos que se usan en el film), que le invita a pasar unos días a la mansión familiar, todo un palacio: Brideshead. Nos cuenta la relación de este joven con la "noble" (literal e irónicamente hablando) familia durante los años 20, 30 y 40.

Una espléndida, parsimoniosa y elegante historia, y preciosista película, que os recomiendo, con ese toque tan "british" que a veces me irrita y a veces me encanta (esta vez fue esto último), sobre el opresivo ambiente y las frías relaciones familiares de los personajes, en los que la religión obsesiva tiene mucho que ver, que por su culpa van quedando muchos juguetes rotos por el camino, afectados por severas secuelas emocionales que les impiden una plena vida afectiva mientras viven en un mundo de Arcadia, hedónico paraíso de felicidad (aparente) e indolencia, a la par que tocados por un dañino sentimiento de culpa. Una pésima educación de los hijos que les aboca a la infelicidad, por culpa de meterles el amor a Dios con calzador, olvidando lo esencial, el verdadero afecto, cariño y amor hacia ellos (tampoco escapa de esto nuestro protagonista, salvo el aspecto religioso, que él es ateo). Por esto, obviamente, tiene cierta relación con "Camino", el polémico film de Javier Fesser glosado hace pocos días (ved su matutino aquí), por ser un torpedo contra el catolicismo radical y el fundamentalismo religioso, y de cualquier tipo, en general.

Pues ahora, como siempre al final de estos matutinos, revisitemos la sabiduría ajena, que no nos vendrá nada mal:

- "Los más de los pecadores pasan su vida ofendiendo a Dios y confesándose". (Anónimo).

- "Bueno es beber, pero no hasta caer". (refrán).

- "A los amigos, como a los dientes, los vamos perdiendo con los años, no siempre sin dolor". (Santiago Ramón y Cajal).

- "La educación es aquello que permanece cuando uno ha olvidado todo lo aprendido en el colegio". (Albert Einstein).

- "Economizad las lágrimas de vuestros hijos a fin de que puedan regar con ellas vuestra tumba". (Pitágoras).

- "Los niños comienzan por amar a sus padres. Cuando ya han crecido, los juzgan, y, algunas veces, hasta los perdonan". (Oscar Wilde).

- "Sus hijos no son sus hijos, son los hijos de los anhelos que la vida tiene de sí misma. Vienen a través de ustedes, mas no de ustedes y aunque vivan con ustedes no les pertenecen. (...) Pueden darles su amor, mas no sus pensamientos, pues ellos tienen los suyos propios. (...) Ámenlos con libertad, no apaguen el fuego de su hogar, vivan y dejen vivir, así ellos siempre los querrán". (Khalil Gibran).

Besos y abrazos,

Don.
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