lunes, 22 de diciembre de 2008

¡Vaya, pero qué vespertino más diáfano y azul!

¡Buenos días!

¡Vaya, vaya, vaya!, parece como si no estuviera a la vera de mi bien amada ribera del Arlanzón; y en efecto, así es, que estoy por los alrededores de otra ribera, allende el sur, en los madriles, aunque no veo la asfaltada ribera del Manzanares cuando miro por la ventana. Sin embargo veo un radiante cielo azul, en un día (mañana y tarde) de luz clarísima y diáfana, que no deja poro de mi piel sin acariciar con dulzura. Así pues, no cabe resquicio para oscura tristeza alguna, mucho más cuando ayer por la mañana se nos acabó el melancólico otoño una vez pasamos por el punto solsticial de invierno.

Este fin de semana estuve en el cine viendo una película de uno de mis directores fetiche, Wong Kar Wai. Se trató de "My blueberry nights", de Wong Kar Wai, y con Norah Jones, Jude Law, David Strathairn, Rachel Weisz, y Natalie Portman. De este director, de quien no me gustan la mayoría de sus antiguas películas, sin embargo idolatro las siguientes: "Deseando amar (In the mood for love)", mi preferida y entre las tres mejores que he visto en mi vida; "2046"; y "Chunking express". Estas tres, cuyos matutinos podéis leer más abajo, junto con la que a continuación glosaré, os las recomiendo encarecidamente.

"My blueberry nights" nos cuenta el viaje para encontrarse a sí misma, una vez regresada al punto de partida, un bar en el que se recetan tartas como bálsamo de dolores del alma, de una joven que ha sufrido un desengaño amoroso y que conoce al dueño de este bar, especie de balsámico confidente y coleccionista de historias de tristes amores rotos a través de las llaves que los clientes van dejando olvidadas. También algunas tartas son olvidadas, por no elegidas por la clientela, como la de arándanos del título, a la que se aficiona nuestra protagonista. De repente ella inicia un periplo durante el que va dando consejos sobre amor a otros melancólicos y solitarios seres de corazón hecho trizas, pues se va empleando como camarera por las ciudades por las que va viajando. Utiliza lo recibido del barman de las tartas de arándanos a la par que conforme va aconsejando va curándose ella misma.

Por eso de las confidencias en la barra de un bar, y también por algo de su estilo, me recordó mucho a una película del año 1984 que me entusiasmó en mi juventud, "Elígeme (Choose me)", de Alan Rudolph. Maravillosa película de sensuales sensaciones y pequeños detalles, de sofisticada estética, muy colorista, al estilo Wong Kar Wai, y de cautivadora banda sonora, como siempre con este director, encabezada por la propia Norah Jones, guapísima y de magnética voz.

Por cierto, hablando de músicas estupendas, ayer domingo estuve en un concierto del virtuoso violinista libanés, de origen armenio y residente en los madriles, Ara Malikian. Hace realmente divertido esto de escuchar música clásica, por su gestualidad y por los dicharacheros prólogos que hace antes de interpretar cada pieza.

Ahora, para tratar de dar luz a esas sombrías penas que pudieran invadirnos, nada como un poquito de sabiduría ajena:

- "A amor mal correspondido, ausencia y olvido". (refrán).

- "Lo pasado ha huido, lo que esperas está ausente, pero el presente es tuyo". (Proverbio árabe).

- "No llores porque las cosas han terminado, sonríe porque han existido". (L. E. Boudakian).

- "La mejor manera de alegrarse es intentar alegrar a los demás". (Mark Twain).

- "Tenemos solamente la felicidad que hemos procurado". (Anónimo).

- "Cuando la felicidad nos sale al paso, no lleva nunca el ropaje con el cual creíamos encontrarla". (Anómimo).

Besos y abrazos,

Don.

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Deseando a los matutinos
(Viernes, 28 de enero de 2005)

¡Buenos días!

Desde luego, a pesar de las previsiones de los meteorólogos, esta mañanita a la vera del Arlanzón deseaba encarecidamente que el invierno crudo no terminara, y nos hemos levantado con otra gran nevada (tras el soleadísimo y gelidísimo día de ayer), aunque esta vez sin el insidioso ventarrón del norte y con 0ºC, ya sabéis, ni frío ni calor. Extrema confortabilidad térmica, tras las extremas inclemencias de pasados días. Nada que ver con los -6ºC, y horrorosamente frías rachas de viento, casi huracanadas, que había ayer noche cuando salía del cine, y que cuando llegaba a casa me provocaron el susto de percibir que no sentía las orejas. Pero deseé recuperarlas, y casi milagrosamente volvieron a aparecer en su sitio tras un breve rato.

En el cine estuve viendo la última película del ciclo dedicado a Wong Kar Wai, que organiza el Aula de Cine de la Universidad de Burgos. Se trató de "Deseando amar (In the mood for love)", de Wong Kar Wai, y con Maggie Cheung y Tony Leung. Como ya sabéis, ya la había visto, ... y me volvió a parecer ¡sublime, exquisita ...! ... y no sigo elogiándola más que si no va a dejar de tener sentido el elogio ... ¡una obra maestra! ... vale, paro ya ... Viendola he vuelto a comprender esa facilidad femenina para los orgasmos múltiples, los erótico-sexuales en vuestro caso, chicas, que en el mío, un ser de género masculino, solo han sido cinéfilos. Me explico más: varias veces durante el film me recorrió por entre la zona de la nuca y la corteza cerebral una serie de cosquilleos eléctricos sumamente gratificantes, situación que me ocurre con contadas películas.

El film nos habla de amores deseados, de la lucha entre lo que deseamos y lo que nos permitimos hacer a nosotros mismos, que a veces no coinciden, de borrosos recuerdos, de que cuando pasa el momento, recuperar el pasado es imposible, de como surge el amor ... de tantas otras cosas (la historia es poliédrica). Pero aún siendo una historia maravillosa, creo que no es lo más importante de la película, pues las hermosísimas imágenes, la hipnótica y cautivadora música, que es un personaje más de la historia, el modo en que está contada, ... todo, todo, todo, ... hace que sea poesía en imágenes y para el oído. En esta segunda ocasión, en que la vi en versión original china con subtítulos en español, me pareció ver otra película diferente, solo un poco, pues detalles que en el primer visionado se me escaparon, ahora cobraron realce. A modo de comparación, os envío también el matutino que escribí cuando la vi hace 4 años, cuando la estrenaron en Burgos (ver más abajo). Es curioso, recuerdo que también me entusiasmó entonces, pero debía de estar algo alicaído, pues mis elogios matutinos no fueron tan encendidos como ahora.

Bueno, pues os transmito ahora un poco de mi deseo de sabiduría ajena, que espero que también se os contagie:

- "La sensibilidad musical es innata, porque cuando el acorde que resuelve una sinfonía nos produce un delicioso escalofrío, se activan en el cerebro los mismos centros de placer que operan al comer chocolate, realizar el acto sexual, o tomar cocaína". (Norman Weinberger).

Pues esos mismos centros de placer (multiorgásmicos) se me activaron varias veces durante la proyección, fuera por la cautivadora música o por cualesquiera otros deliciosos elementos del film.

- "La música es la prolongación natural de los sonidos animales relacionados con el apareamiento". (Charles Darwin).

- "Al engendrarse un pensamiento sublime, se produce una sacudida nerviosa que se refleja en el cerebro". (Baudelaire).

- "El amor es la poesía de los sentidos. No hay nada más sublime. Cuando es amor verdadero, dura para siempre y crece día a día". (Honoré de Balzac).

- "La vida sería una eterna crueldad si no existiese la poesía. Ella nos sirve lo que la naturaleza nos niega; una edad dorada que no se marchita; una primavera que no cesa de florecer; una felicidad sin nubes, y una eterna juventud". (Ludwig Borne).

Besos y abrazos,

Don.

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Matutino "moodoso"
(Lunes, 19 de febrero de 2001)

¡Buenos días!

Parece que el típico invierno burgalés se va asentando poco a poco, haciéndonos sentir un poco de añorada normalidad, sin los altibajos propios de la primavera, sea ésta adelantada o en pleno apogeo. Tenemos un anodino nublado con una temperatura llevadera, entre 0ºC y 3ºC, salvo cuando al doblar cualquier esquina te encuentras con la "confortable brisilla" burgalesa, esa que te traspasa hasta el tuétano, haciendo que te encojas como un ovillo.

Pues ayer iba al cine con la intención de ver "Traffic", pero el multicine estaba a tope y me metí en la única sala con una película libre de aglomeraciones y que no hubiese visto ya. Vi una gran película, "In the mood for love" ("Deseando amar"), film chino candidato al Oscar a la mejor película extranjera. Es una cinta extrañamente poética y estéticamente preciosa, con un tempo lento, que se recreaba en cada escena. Me recordó a una de las mejores que he visto en mi vida, "Barry Lindon", de Stanley Kubrick.

"In the mood for love" es una historia de amor entre dos vecinos que descubren que sus respectivos cónyuges están liados entre sí. Es una historia de amor platónico, en la que me fijé en la siguiente tontería: la protagonista saca en cada escena un vestido diferente (en total, creo que más de 50), pero diferente solo en el estampado, pues el corte es de moda china años 60, preciosos vestidos entallados en la deliciosa figura de la preciosísima actriz china, figura en la que se recrea el director (como se recreaba Zhang Yimou en el angelical rostro de la actriz de "El camino a casa", que ya os glosé). Por otra parte, también es de destacar la banda sonora, que contiene una melodía tipo minimalista, muy bonita y que encaja a la perfección con la película; y que, curiosamente, contiene varios boleros cantados en español por Nat King Cole. En definitiva, muy bonito film, que tardó unos 20 minutos en engancharme, que os recomiendo que veais, a pesar de que no es para el gran público, debido en parte a su preciosista estética, aunque si ha gustado a los de la academia hollywoodiense, es que algo tendrá, ... como así es.

Las frases de hoy:

- "Hay un secreto para vivir con la persona amada: no pretender modificarla". (Chardonne).

- "Generalmente la fortuna vende muy caramente lo que nosotros creemos que nos regala". (Voltaire).

Besos y abrazos,

Don.

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Matutino de amor-ficción
(Martes, 7 de diciembre de 2004)

¡Buenos días!

Ya sabéis que no es ficción que amo a la preciosa y esplendorosa ribera del Arlanzón, aunque en días como hoy se nos presente gris y fría, y habiendo ya perdido sus mejores galas otoñales, esas de cálido otoño, en forma de orgía colorista en las copas de sus árboles, ahora rastrillando con sus afiladas y casi desnudas ramas el sempiterno vientecillo burgalés.

Pues para dar razón al título de este matutino, me pongo, ahora sí, de amor-ficción, a modo de ciencia-ficción, y me pregunto: ¿qué pasaría si la ribera se hiciera carne y pudiésemos amarnos carnalmente? ... ??? ... mejor refugiémonos en los recuerdos de nuestro amor platónico, de los que tanto cuesta salir.

Pues estas mismas disquisiciones, y otras similares, se nos plantean en la maravillosa película que vi ayer tarde en el cine. Se trató de "2046", de Wong Kar Wai, y con Tony Leung, Gong Li, y Zhang Ziyi. Nos cuenta la historia de los diversos amoríos de un periodista de finales de los años 60, también escritor de novelas, que escribe una novela de ciencia-ficción titulada "2046", aunque en realidad es más una novela de "amor-ficción", aunque muy basado en la realidad. Porque como se postulaba en "Melinda y Melinda", la última de Woody Allen, comedia y tragedia, aunque distintas en apariencia, están construidas con los mismos elementos pero ordenados de distinta manera. Pues creo que en "2046" pasa lo mismo con la realidad y la ficción amorosa.

También es una especie de metáfora de la memoria, de como recordamos las cosas, en este caso nuestros amores, y de como, a veces, preferimos quedarnos en los recuerdos pasados en lugar de apreciar lo que nos rodea. En cierto modo, tiene relación con la también genial película que os glosé hace un par de meses "Olvídate de mí (Eternal sunshine of spotless mind)", de Michel Gondry.

La película es de una preciosa belleza, con una estupenda banda sonora e imágenes, que sin embargo tardó en engancharme, como me pasó con su anterior film "In the mood for love (Deseando amar)", que me pareció una de las más deliciosas películas que jamás haya visto. Esta "2046", con el mismo personaje masculino que en la otra, me gustó una pizca menos, y aún así es fabulosa. En "In the mood ..." se nos cuenta una única historia de amor (que reaparece fugazmente en ésta, aunque ya pasados unos años, y como un amor añorado), y en "2046" se nos cuentan varias.

Las citas de sabiduría ajena están hoy copadas totalmente por el director Wong Kar Wai, citas tomadas de una entrevista que le hicieron a cuenta del estreno de "2046", en las que habla de ella. Aunque comienzo con una que oí en la propia película, y que creo recordar que decía:

- "El amor es cuestión de oportunidad. Puedes encontrar al amor de tu vida, pero si llegas demasiado tarde o demasiado pronto, no habrá nada que hacer". (Wong Kar Wai).

- "Para mí 2046 es un estado mental al que acudimos cuando queremos recuperar lo que hemos perdido, cuando tratamos de conservar no solo la persona o el tiempo dejados atrás, sino también el momento y la atmósfera. Sería por tanto una especie de utopía, algo que no existe. Casi un paraíso perdido. 2046 no alude a una fecha o a un lugar del futuro, sino que trata del ahora, de por qué experimentamos más intensamente lo que tuvimos en el pasado que lo que nos rodea en el presente. Por eso creo que deberíamos apreciar más lo que tenemos ahora y después de perderlo". (Wong Kar Wai).

- "En nuestra vida normal estamos atrapados por el tiempo, que gobierna nuestra existencia. La vida real no da posibilidad de rebobinar. No sabes si vas a estar en el momento adecuado con la persona equivocada, o viceversa; y todos sentimos curiosidad por saber que hubiese pasado si en lugar de ir a un sitio hubiéramos ido a otro". (Wong Kar Wai).

Besos y abrazos,

Don.

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Matutino express
(Viernes, 14 de enero de 2005)

¡Buenos días!

No sé si este matutino lo realizaré rápidamente, aunque sí de manera especial, pues, como todas, la mañana de hoy es especial. Agradabilísimas temperaturas (8ºC esta mañana), nubes muy grises y, a ratos, lluvia calabobos, como ayer, pero distinto.

Pues a toda velocidad, como una cafetera express, paso sin más a contaros la fabulosa película que vi ayer tarde. La vi en un ciclo de los que organiza el Aula de Cine de la Universidad de Burgos. Es un ciclo dedicado al director Wong Kar Wai, y se trató de "Chungking Express", film de 1994, y con Tony Leung, Faye Wang, y Brigitte Lin.

Solo había visto las dos últimas películas de este genial director, "2046" (año 2004), y "Deseando amar (In the mood for love)" (año 2000), película esta última que os recomiendo encarecidamente que veais, pues por poco es mejor que las demás, aunque por lo visto por mí, cualquiera es recomendabilísima: son una auténtica delicatessen, de una sugerente belleza e inteligencia. Solo echan tres en el ciclo: "Chungking Express", "Happy together", y "Deseando amar" (que volveré a disfrutar con enorme gozo).

En sus películas habla casi de lo mismo, de amor, desengaño y recuerdos, y en esta "Chungking Express", pues también. Profundas reflexiones sobre el desengaño amoroso, esta vez con toques muy graciosos, al menos para mí. Además, también nos habla de la dificultad para iniciar y mantener cualquier relación sentimental relativamente estable. En ésta y en sus otras películas, no se narra, se sugiere con sutileza extrema, lo que exige al espectador cierto ejercicio, muy grato para mí, para completar la historia.

Siempre me ha pasado con las tres películas suyas que he visto hasta ahora: comienzan interesándome con cierta frialdad, pero a medida que avanzan me van cautivando hasta que llegan a parecerme una auténtica genialidad, conforme voy consiguiendo hilar la incompleta trama.

Como esto ya va dejando de ser un matutino express, debido a mi pasión por estas películas, dejo ya la loa, y paso a la sabiduría ajena, comenzando con una cita del propio Wong Kar Wai, extraída de "Deseando amar":

- "No podemos tocar el pasado, solo podemos recordarlo. Y los recuerdos son borrosos, inaprensibles ... ". (Wong Kar Wai).

- "El amor verdadero está hecho de tristeza y envidia, de admiración y de maniatada ansia de servicio". (Anónimo).

- "Malo es sufrir; pero sufrirlo mal es mayor mal". (refrán).

- "La vida es un tejido de costumbres. Pero no es un error invocar la costumbre como defensa de nuestra conducta, pues casi siempre la costumbre se apoya en alguna buena razón". (Henri Frédéric Amiel).

- "La sensibilidad de un gran poeta se basa en contarnos algo que antes nadie nos había contado, pero que no resulta nuevo para nosotros. Tal es la misteriosa paradoja que prevalece en el fondo de toda emoción literaria". (Ortega y Gasset).

... y cinematográfica, pues esta última cita encaja perfectamente con las películas de Wong Kar Wai.

Besos y abrazos,

Don.
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