lunes, 9 de febrero de 2009

Sembrando con tozudez matutina

¡Buenos días!

Estos días de invierno nevoso y lluvioso, más que en otros años anteriores, con diferencia, son buenos para que todo lo que se siembre florezca con fuerza en la primavera por venir, que como bien dice el refrán: "Año de nieves, año de bienes". Y yo siempre siembro, con tozuda perseverancia, a través de estos matutinos, con la esperanza de que algo fructifique y me regale los sentidos y el sentimiento en el futuro. Hoy las nubes amenazan lluvia, pero no me siento amenazado por tan lúgubres presagios, sino que espero una benevolente lluvia que nos fertilice y haga mejores.

Este fin de semana estuve viendo una espléndida película que desde ya os recomiendo encarecidamente. Se trató de "Cuscús" ("Le graine et le mulet"), de Abdellatif Kechiche, y con Habib Boufares y Hafsia Herzi. Esta multipremiada película, en los César franceses (equivalentes a nuestros Goya) y en el Festival de Venecia, nos cuenta la historia de un hombre de 60 años, emigrante magrebí en Francia, que trabaja en unos astilleros; trabajo del que ya se encuentra harto pero que necesita dados sus problemas económicos. Aún así, en un recorte plantilla, es despedido. Está divorciado (tiene que pasarle una pensión a su ex-mujer) y tiene una numerosa familia de hijos, yernos y nueras, y además convive con otra mujer y su resuelta hija adolescente. Tiene problemas económicos y afectivos, con unos y con otros, y de autoestima, por lo que decide abrir un restaurante especializado en cuscús en un viejo barco que debe restaurar, con el fin de tratar de aliviar sus problemas (económicos y de autoestima) y ayudar a los suyos, y ayudarse a salir adelante.

Una historia sencilla, con toques de humor e ironía, contada como un cuento, que nos muestra todos los entresijos familiares (todos nosotros nos sentiremos muy identificados con esta gran familia en uno u otro aspecto). Familia en la que hay continuas tensiones, siempre al borde de hacer explosión, pero que se relajan algo en las multitudinarias comidas familiares de los domingos en torno a un plato de cuscús de pescado (mújol, o mulet, en concreto), deliciosamente elaborado por la matriarca. Nuestro patriarca es un hombre taciturno, inasequible al desaliento, perseverante, que no se rinde jamás, ni ante las trabas burocráticas, para montar su deseado negocio, ni para tratar de suavizar las continuas grescas familiares, ni para tratar de solventar todos los demás imprevistos que amenazan con hundir su negocio.

El título original dice mucho de esto ya que, traducido, significa "La simiente y el mújol (el mulo)", que mulet significa en francés mújol y mulo, con lo que esa ambigüedad dice mucho de la historia: los ingredientes básicos del cuscús de pescado (la sémola y el mújol) y la actitud de nuestro protagonista (su tozudez de mulo, y tratar de sembrar cordialidad entre la familia, muy ayudado por su decidida hija adoptiva). Al final, esa simiente de benevolencia le será devuelta con creces por toda su familia (la antigua y la nueva) cuando él ya no puede más con sus problemas.

Ahora, unas citas de sabiduría ajena, que seguro germinarán correctamente en nuestras mentes:

- "No nos cansemos de sembrar en nuestro camino simientes de benevolencia y de simpatía. Se perderán muchas, sin duda alguna, pero con que una sola fructifique, perfumará nuestro camino y alegrará nuestros ojos". (Madame De Swetchine).

- "La tierra nunca devuelve sin interés la simiente que recibió". (Cicerón).

- "No son las malas hierbas las que ahogan la buena semilla, sino la negligencia del campesino". (Confucio).

- "Los hombres no atraen aquello que quieren, sino aquello que son, y como él piense, así será él; y como siga pensando, así seguirá siendo". (James Allen).

- "El pesimista, se queja del viento; el optimista, espera que cambie; el realista, ajusta las velas". (William George Ward).

- "Para llegar a la meta de sus propósitos, la mayoría de los hombres es más capaz de un esfuerzo extraordinario que de una larga perseverancia". (Jean de la Bruyère).

- "Hay hombres que luchan un día y son buenos. Otros luchan un año y son mejores. Pero están los que luchan toda la vida. ¡Esos son los imprescindibles!". (Bertold Brecht).

Besos y abrazos,

Don.
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