miércoles, 18 de marzo de 2009

Matutino a ciegas

¡Buenos días!

Pues no, no creo que éste, como casi todos los anteriores, sea un matutino hecho irreflexivamente. Desde luego, el torrente desmedido de luz cegadora que estamos teniendo estos días, a poco del equinoccio primaveral de pasado mañana, sí que nos dificulta algo el discernimiento de lo que nos rodea. Ya se adaptarán mis pupilas ... las mías de los ojos y las de deslumbrantes ojos, mis hadas y ninfas, faros que me guían por entre los claroscuros ribereños. Pues eso, cuando mis diafragmas oculares se adapten, y las hormonas se asienten, como antes de ayer decía, volveré a percibir con serena objetividad ... o no ... que yo veo en la ribera lo que deseo ver ... como todos ...

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "A ciegas" ("Blindness"), de Fernando Meirelles, y con Julianne Moore y Mark Ruffalo. Está basada en la novela "Ensayo sobre la ceguera", publicada en 1995, del escritor portugués José Saramago, Premio Nobel de Literatura. La novela, que no he leído, dicen que es excelente. El film, aunque bueno, me dejó con la sensación de que podría haber sido mucho mejor, dados los mimbres originales. Aún así, por las reflexiones que nos induce, merece mucho la pena ... leer la novela original, mucho mejor ... a ver si tomo nota yo mismo ... y también de buena parte de la obra de este lucidísimo pensador, de quien suscribo la mayoría de sus planteamientos ... podéis ver unas citas suyas, algunas de las cuales están más abajo, pinchando aquí.

Una devastadora epidemia de ceguera, un tanto particular, que no es oscura ceguera, sino ceguera blanca, arrasa todo un país (toda una civilización). Las primeras víctimas son encerradas en una especie de cárcel sin mayores explicaciones ni ayuda. Entre ellas, una mujer inmune al mal que, por acompañar a su marido, se hace pasar por ciega. Al poco, a medida que aumenta la población ciega, la buena armonía inicial deviene en guerras por el dominio y el poder, un mísero y egoísta poder. Una fábula, una alegoría sobre la condición humana y social en situaciones límite, sobre un virus de ceguera que nos invade e impide que veamos lo que tenemos ante los ojos y que nos acerca peligrosamente hacia una violenta barbarie y degradación social. Me recordó bastante a una obra maestra de Michael Haneke de 2003, "El tiempo del lobo" ("Le temps du loup"), cuyo matutino, junto con otros de él, podéis ver pinchando aquí.

Es una historia poliédrica, de múltiples lecturas, metáfora de la fragilidad social, de su violenta desintegración, de nuestros más primitivos instintos, de nuestras fortalezas y flaquezas, parábola de nuestra ceguera metafísica ante las conexiones entre la humanidad, de las reacciones personales y socio-políticas ante los desastres naturales, de los peligros del futuro, de elegir no ver la realidad que nos circunda, sobre la evolución del hombre y la creación de nuevas civilizaciones. Se plantean gran número de dilemas morales, pero sin dar respuestas. Toda una radiografía de la humanidad, desde su lado más pesimista, pero no por ello menos real.

Ahora un poco de sabiduría ajena, que seguro será bálsamo de nuestros posiblemente cegados ojos metafísicos, para mejor ver lo que nos rodea:

- "La alegoría llega cuando describir la realidad ya no sirve. Los escritores y artistas trabajamos en las tinieblas, y como ciegos tanteamos la oscuridad". (José Saramago).

- "Creo que no nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos, ciegos que ven, ciegos que, viendo, no ven". (José Saramago).

- "Los ojos no sirven de nada a un cerebro ciego". (Proverbio árabe).

- "Rascad al hombre civilizado y aparecerá el salvaje". (Arthur Schopenhauer).

- "La civilización no suprime la barbarie, la perfecciona". (Voltaire).

- "El hombre, cuando es animal, es peor que el animal". (Rabindranath Tagore).

- "Dos cosas me admiran: la inteligencia de las bestias y la bestialidad de los hombres". (Tristan Bernard).

- "Cuando el género humano es herido por una grave locura colectiva, por el hecho de ser común y universal no es advertida ni recibida como locura". (Giovanni Papini).

- "Decir que el hombre es una mezcla de fuerza y de debilidad, de luz y de ceguera, no es hacer su proceso: es definirlo". (Denis Diderot).

- "Los únicos interesados en cambiar el mundo son los pesimistas, porque los optimistas están encantados con lo que hay". (José Saramago).

- "Me gustaría escribir un libro feliz; yo tengo todos los elementos para ser un hombre feliz; pero sencillamente no puedo. Sin embargo hay una cosa que sí me hace feliz, y es decir lo que pienso". (José Saramago).

Besos y abrazos,

Don.

P.D.: ¡Qué se me olvidaba! El personaje de la mujer que puede ver en ese mundo de ciegos, y que no hace al principio mucho por mejorar la situación de los que no ven, tomando después drásticas decisiones, hace que nos planteemos cual es el grado de responsabilidad como personas de los que "ven la luz" en un mundo de ciegos.
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