¡Buenas tardes!
Supongo que serán los matutinos, pero puesto que matutinos y vespertinos son los mismos perros con distintos collares temporales, no sé muy bien que había antes de ellos, que la memoria ya me falla. Así que, no dejo de comerme el coco pensando en qué fue lo que había antes, como eso de si fue antes el jodido huevo o la puta gallina (cocotte en francés), así que antes de que me maree dándole vueltas al coco con estos sinsentidos, me centro en la ribera del Arlanzón y en sus hadas y ninfas de todo pelaje y condición y en sus embriagadores aromas y visiones. Hoy, electoral domingo europeo, jornada laboral por lo que a mí respecta, gris nuboso con algún rayo de sol fugitivo, mucho viento del sur, pero fresco, muy fresco, y temperaturas que no pasan de los 18ºC.
Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Cocó, de la rebeldía a la leyenda de Chanel" ("Coco avant Chanel"), de Anne Fontaine, y con Audrey Tatou (arrobadoramente guapa con esos ojazos de azabache derretido). Como el original título en francés indica, es un biopic sobre Coco Chanel, desde su infeliz infancia en un orfanato hasta justo antes de que se convierta en un mito de la alta costura (la primera mujer que lo logró). Ganándose la vida como costurera en una sastrería durante el día y como decente cupletista durante la noche, hasta que decide pasar a la vida alegre, convirtiéndose en una especie de geisha de un magnate y de sus potentados amigos. Vistiéndose de un modo muy particular, totalmente contrario a las convenciones de la moda del momento, fue poco a poco imponiendo su estilo a partir de otras amigas de los magnates. Buena película.
Ahora, antes de que se ponga el sol, un poco de sabiduría ajena que nos ilumine las noches por venir:
- "Preferible será siempre ser personal en las ideas a serlo exclusivamente en el estilo, porque las ideas quedan y el estilo envejece, como la moda". (Ramón y Cajal).
- "Los grandes raramente son cuidadosos en el vestir". (Charles Dickens).
- "Mi ideal sobre materia de estilo es no tenerlo". (Menéndez Pelayo).
Besos y abrazos,
Don.
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