jueves, 3 de septiembre de 2009

Matutino asustadizo

¡Buenos días!

¿Asustadizo? ... ¿de qué? ... realmente no sé muy bien de qué, ni siquiera con la imaginación, que con este clima rayano en lo paradisíaco, de suaves temperaturas que no superan los 30ºC, fresca y estimulante brisa, y sol a raudales, y con esta exuberante ribera que siempre se encuentra a mi vera, dándome cariño y seguridad, no puede uno sino mirar con atrevimiento todo lo que se le encare.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo otro de los films del ciclo de verano, que termina esta semana (el ciclo, que no el verano). Se trató del film hispano-peruano que ganó el Oso de Oro en el pasado Festival de Berlín "La teta asustada", de Claudia Llosa, y con Magaly Solier. Una buena, sobria y ensimismada película, con toques de realismo mágico, cuya indolente joven protagonista padece un síndrome conocido como "la teta asustada", que transmiten a sus hijas, a través de la leche, mujeres que han sido violadas y torturadas, como sucedió en los convulsos años 80 en Perú cuando la guerra entre el gobierno y los terroristas de "Sendero Luminoso". Es una especie de enfermedad del miedo, en la que heridas y traumas se heredan y contagian entre generaciones, y en la que parece que sus sufridores han perdido el alma. La repentina muerte de su madre hace que tenga que enfrentarse a sus miedos (ella no fue violada, pero su madre le contagió el miedo a serlo) mientras trata de conseguir dinero para enterrarla donde ella quería.

Nos habla de sociedades y personas que pierden su autoestima y que aún habiendo pasado años de las épocas en las que reinaba el miedo, la violencia y la ignorancia siguen en sus trece, contagiando a sus hijos los mismos miedos (que ya no tendrían razón de ser). Una historia de traumas sexuales, de la aridez emocional de nuestra protagonista, de utilizar música y canciones para tratar de mitigar el miedo, y de que son posibles, nunca es tarde si la dicha es buena, florecimientos emocionales a partir de la desolación anímica. Una historia sobre el difícil camino para curar traumas y para la recuperación de la autoestima y la reconciliación con nosotros mismos enfrentándonos a nuestros miedos para intentar sanarlos.

Ahora, para enfrentarnos con mejores ánimos ante los avatares vitales, nada como un poquito de sabiduría ajena:

- "El que teme padecer padece ya lo que teme". (Montaigne).

- "No hay que tener miedo de la pobreza, ni del destierro, ni de la cárcel, ni de la muerte... De lo que hay que tener miedo es del propio miedo". (Epicteto).

- "El miedo es natural en el prudente,y el saberlo vencer es ser valiente". (Alonso de Ercilla).

Besos y abrazos,

Don.
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