lunes, 15 de febrero de 2010

Sufrida soltería matutina

¡Buenos días!

Esta mañana tenemos un soleado y bastante insufrible día de frío invierno que pela, con un único y solitario grado bajo cero (-1ºC) al mediodía, sin la compañía de otros contrarios que le den algo de calor, y con un viento que taladra hasta el mismo tuétano. Con estos fríos se hace casi necesario arrejuntarse, de la forma que sea, para tratar de calentarse, no solo física sino anímicamente también.

Este fin de semana me di otra sesión doble de cine, con dos películas radicalmente distintas, aunque, en cierto modo, tienen mucho en común, básicamente porque tratan, desde ángulos casi opuestos, de la soltería, la soledad y sus sufrimientos, y algunos otros temas más en común.. Por orden cronológico, la primera que vi fue "Un hombre soltero" ("A single man"), de Tom Ford, y con Colin Firth. El título original también significa, eufemísticamente, homosexual. Y de hecho su protagonista es tal, un profesor universitario cincuentón, inglés residente en norteamérica, quien durante un día de octubre de 1962, cuando la crisis de los misiles cubanos, vive la suya personal por el fallecimiento en accidente de su compañero sentimental, con el que llevaba conviviendo los últimos 16 años. En esas 24 horas trata de encontrar sentido a su vida en la soledad emocional consecuencia de la pérdida sufrida, con la idea del suicidio siempre presente, rememorando pasajes del pasado y charlando con varios personajes: su vecina y más íntima amiga, tan en crisis como él mismo, un joven callejero que trata de seducirle, y un joven estudiante que le acosa pues ve en él un alma gemela.

Muy buena película, con una espléndida banda sonora, a pesar de cierto ensimismamiento esteticista de más que impedía mayores honduras y sin el cual la habrían hecho, a mi vista, sobresaliente, sobre el derrumbe anímico de un hombre que se ve sin esperanzas de futuro y que poco a poco y con dificultad va aprendiendo a vivir el presente, disfrutando de los pequeños detalles cotidianos, pero el dolor es más fuerte y le puede, y duda entre la vida y la muerte ... y en la duda ...

La segunda película que vi fue "Nacidas para sufrir", de Miguel Albaladejo, y con Petra Martínez y Adriana Ozores. De este director he visto todas sus películas menos dos, creo; y todas, cuando menos, me parecieron muy buenas. Una septuagenaria, solterona de un pequeño pueblo, que siempre se ha dedicado a cuidar a personas de su familia (padres, tías, y tres sobrinas que quedaron huérfanas muy niñas), se plantea ahora, que murió su última tía, a quien cuidaba, que necesita alguien que la cuide en su vejez. Sus sobrinas quieren meterla en una residencia de ancianos, pero ella no quiere. Vuelve entonces su mirada, como solución, a la sumisa criada, bastante tontorrona, que ha estado ayudándola los últimos años, para tratar de garantizarse sus futuros cuidados, mediante un rocambolesco procedimiento, aprovechando leyes pensadas originalmente para otros fines (ley de matrimonio homosexual).

Una estupenda película que me encantó, que me hizo reir mucho, que os recomiendo ver, y que acaba con una mítica frase, del tipo de "nadie es perfecto", el genial final de la genial "Con faldas y a lo loco" ("Some like it hot"), de Billy Wilder: "¡¡si es que las que no sabemos ser malas ...!!", plena de sutilísima ironía, como toda la historia que se nos cuenta, que hila muy fino. De hecho, en el cartel del film aparece otra frase similar: "¡¡Si es que no se puede ser tan buena ...!!".

El film trata sobre la soledad y la bondad, y de como ésta es un modo de cierto egoísmo, bien entendido ... en el sentido del refrán "la caridad bien entendida comienza por uno mismo". De hecho, si no miras antes por ti, mal podrás cuidar de los demás; es como si ante un accidente de tráfico sales a lo loco a ayudar sin asegurar antes la zona, es posible que no puedas socorrer porque otro te atropelle en tu atropello por ir a auxiliar sin antes mirar. Vamos, que va de bondadosamente interesado, o interesadamente bondadoso egoísmo, aunque también de chantajes emocionales, de dobleces en lo que se dice (no siempre de acuerdo con lo que se piensa), y todo envuelto con un muy socarrón sentido del humor. Como dice su director, también va de averiguar quien le quiere a uno en la vejez y de asegurarse la compañía de esa persona.

Ahora para mitigar algo los sufrimientos vitales, un poco de sabiduría ajena que nos dé buena compañía:

- "El único símbolo de superioridad que conozco es la bondad". (Beethoven).

- "El alma resiste mucho mejor los dolores que la tristeza prolongada". (Jean Jacques Rousseau).

- "El egoísta odia la soledad". (Blaise Pascal).

- "Naces solo y mueres solo, y en el paréntesis la soledad es tan grande que necesitas compartir la vida para olvidarlo". (Erich Fromm).

Besos y abrazos,

Don.
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