viernes, 5 de febrero de 2010

Triunfantes honores matutinos

¡Buenos días!

Como cada mañana, la ribera me hace los honores, presentándome sus mejores galas, hoy de gris con algún que otro ribete celeste y las peladas ramas arbóreas enhiestas, hieráticas, sin importarles de donde sople el viento, invencibles ante los inclementes embates climáticos del rudo invierno burgalés.

Ayer, como antaño, en mi juventud, me di una sesión doble de cine. Por la tarde estuve viendo "Invictus", de Clint Eastwood, y con Morgan Freeman y Matt Damon. Basada en hechos reales, nos cuenta un pasaje de la vida de Nelson Mandela. Sale de la cárcel y al poco es elegido presidente de Sudáfrica. En esa época post-apartheid continúa el odio racial entre blancos y negros. Toma la determinación de utilizar el mundial de rugby que se celebrará al año siguiente en su país, en 1995, para tratar de remediarlo y que haya reconciliación. Desde el punto de vista temporal, podría ser la continuación de "Adiós Bafana", de Billie August, dado que ésta se desarrolla durante el largo cautiverio de Mandela (su matutino aquí).

Muy buena película, como no podía esperarse menos de Clint Eastwood, necesaria de ver por lo que cuenta (siempre aplicable en todo momento y lugar), el perdón, que encierra unas cuantas citas de sabiduría (frases de Mandela), y al que tal vez le sobran minutos del final: demasiado larga la escena de la final del mundial de rugby, quizá necesario para retratar la épica de la victoria. En cierto modo, Clint Eastwood casi siempre ha retratado, de una u otra forma, la épica (y la lírica) de la derrota, como en "Cartas desde Iwo Jima" (su matutino aquí) o en "Gran Torino" (su matutino acá).

La final de ese mundial la vi en su día por televisión (desde niño veía partidos en TVE2, los sábados por la tarde, hasta que lo empezaron a retransmitir las televisiones de pago) y ganó Sudáfrica agónicamente, contra pronóstico. Mi favorita también era Nueva Zelanda, entre otras cosas porque en la selección sudafricana solo había un negro (reminiscencias, ya resueltas hoy día, del pasado apartheid), y porque en los All Blacks jugaba el mejor jugador de rugby que jamás haya visto, el imponente Jonah Lomu.

Por la noche estuve en el Aula de Cine de la Universidad de Burgos viendo otro de los films que programan, esta vez dentro de un ciclo de cuatro películas dedicado al director japonés Takeshi Kitano. Se trató de "Sonatine", de 1993, de Takeshi Kitano y con él mismo (él se lo guisa y él se lo come casi todo en sus películas). De este director ya había visto dos películas anteriores: en 2002, "Dolls", film de sublime hermosura que me maravilló; y en 2003, "Zatoichi"; cuyos matutinos podéis ver más abajo.

A un hierático yakuza (gangster japonés) muy violento le encargan una peligrosa misión de mediación entre bandas rivales. Fracasa y debe esconderse con sus secuaces hasta que se calme la cosa (se aburren y se dedican a mostrar su lado más infantil). Descubre que fue engañado por su jefes y saca a relucir su código de honor vengativo. Película violenta, aunque no demasiado, con toques de humor, una buena banda sonora y una fotografía maravillosa, tenía una historia con la que no conectaba, pero al final, muy al final, sí que lo hizo. Desde luego, se ven todas las señas de identidad de este director.

Ahora, vamos a hacer los honores a la sabiduría ajena, que seguro nos ayuda a vencer en nuestras luchas vitales:

- "Fue en aquellos largos y solitarios años donde el hambre por la libertad de mi propio pueblo se convirtió en hambre por la libertad de todos, blancos y negros. Yo sabía que el opresor tiene que ser liberado de la misma manera que el oprimido. Un hombre que restringe de esa forma la libertad de otro ser humano es un prisionero del odio, del prejuicio y la estrechez mental. Tanto el opresor como el oprimido ven robada su humanidad". (Nelson Mandela).

- "Mi ideal más querido es el de una sociedad libre y democrática en la que todos podamos vivir en armonía y con iguales posibilidades". (Nelson Mandela).

- "Si quieres hacer las paces con tu enemigo tienes que trabajar con él. Entonces se convierte en tu compañero". (Nelson Mandela).

- "Héroes si vencedores, y si vencidos, traidores". (refrán).

- "En medio del clamor de los aplausos el hombre inteligente cerrará los ojos, y con la mente pedirá a los que le aclaman: «¡Perdón por haber vencido!»". (Gregorio Marañón).

- "La última y definitiva justicia es el perdón". (Miguel de Unamuno).

- "El desprecio de la muerte, he ahí el principio de la fuerza moral". (Henri Lacordaire).

- "El temer la muerte es hacerle demasiado honor a la vida". (Théodore Jouffroy).

- "El amor no es más que un deleite; el honor es un deber". (Pierre Corneille).

Besos y abrazos,

Don.

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Matutino de dolientes marionetas
(Viernes, 9 de mayo de 2003)

¡Buenos días!

Parece que en esta ribera del Arlanzón no acaba de consolidarse la mejoría que presagiaba ayer, pues las nubes, cual títeres, parecen manejadas por alguien que no quiere que vuelva a reventar la primavera con todo su esplendor. El caso es que la temperatura es agradabilísima y tan solo falta ese pequeño detallito para que me olvide de mis dolientes pesares laborales de cara a este fin de semana que ya se nos ha echado encima.

Ayer tarde estuve en el cine, no en una sala comercial, sino en un ciclo de cine que organiza la Universidad de Burgos, viendo la excepcionalmente hermosa película japonesa "Dolls", de Takeshi Kitano, en V.O.S. (versión original subtitulada). Este director suele caracterizarse por hacer películas extremadamente violentas, pero en este caso se nos ha desmarcado con una que nos cuenta tres deliciosas, platónicas e irreales historias de amor, llevadas al extremo. Son como paradigmas, y la realidad no es más que una adecuada o adecuadas, tantas como personas somos, combinaciones lineales (o no lineales) de ellos. Además, en esta película quise ver que el director postula que el amor maneja a los hombres (y mujeres) cual si fuéramos unos muñecos, unas marionetas.

La película me ha maravillado de tal modo que durante su proyección me curó de todas las dolencias que me están produciendo estos ajetreadísimos días de trabajo que estoy teniendo últimamente. Es más, sus beneficiosos efectos me duraron hasta casi esta misma mañana.

Es una película fuera de las convenciones cinematográficas al uso, es puro arte cinematográfico, una obra de arte, de una belleza pasmosa. Apenas se habla y es poesía en imágenes. Con ese toque parsimonioso tan propio de la cultura oriental. Está llena de símbolos, algunos de los cuales me costó interpretar por no estar imbuido de su forma de ver la vida, pero aún así me pareció una "delicatessen", al contrario que dos compañeros de oficina con los que coincidí en el cine, a quienes no les acabó de gustar del todo.

Como frases de sabiduría ajena me hubiera gustado volver a enviaros algunas de las ya enviadas anteriormente y que me parecieron de una belleza exquisita, pero no me apetece rebuscar, con lo que os citaré algunas de las que tengo en reserva que considero algo hermosas:

- "Extravagante vanidad la de aquellos que para mostrarse hombres de valor se burlan de sus propias desventuras, pues los sabios y prudentes no acostumbran a exhibir ni lágrimas ni risas de su contraria fortuna". (Joaquín Setanti).

- "Vuestra fama es como la flor, que brota y muere; y la marchita el mismo sol que la hizo nacer de la ruda tierra". (Dante Alighieri).

- "Una foto te puede enseñar a ver lo que ya tenías delante de los ojos". (Maruja Torres).

- "En la risa también va algo de amor: amor a la vida, amor a los amigos, amor a la gente". (Frank Capra).

Besos y abrazos,

Don.

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Matutino vengativo
(Lunes, 1 de marzo de 2004)

¡Buenos días!

He decidido vengarme de este desabrido y crudo clima invernal traicionero que estamos teniendo estos días, con copiosísimas nevadas, muy especialmente al norte de esta provincia de Burgos. Y lo estoy haciendo con cálido calor interior, con templanza anímica, gracias al solecito de esta mañana, especie de tregua en mis guerras internas contra este desazonante clima burgalés. Sin embargo, a pesar de los rayos de sol, hace un viento cortante: si esta mañana no me hubiese afeitado, no se hubiese notado, pues las gélidas cuchillas de Eolo hubieran hecho el trabajo por mí. No pasamos de 0ºC, y ahora estará haciendo entre -1 y -2ºC.

Y este fin de semana decidí, como casi siempre, bajarme a climas más acogedores, a Madrid, sorteando con bien copiosas nevadas y helados asfaltos, gracias a la inestimable ayuda de mi "abominable coche de las nieves" y ver, de paso, una estupenda película no estrenada aún en Burgos, "Zatoichi", de Takeshi Kitano, y con él mismo.

Solo había visto una película hasta ahora de este actor-director, "Dolls", una hermosísima obra maestra del cine sobre el amor desgarrado. Ésta es bastante diferente (o no tanto), aunque también es un magnífico film, pues trata de la historia de un samurai ciego (un real héroe de leyenda japonés), y de otra historia de venganza más, con varias otras historias entrelazadas sobre amor sin límite, además de estar incrustada de toques de sencillo humor. La música es magnífica, y está muy bien engarzada con las escenas de vida cotidiana de las clases humildes. Es especialmente espectacular y maravillosa la escena final (un puro éxtasis coreográfico-musical).

Pues para vengarnos de la ignorancia, no hay nada como un poquito de sabiduría ajena:

- "El mundo no está amenazado por las malas personas, sino por aquellos que permiten la maldad". (Albert Einstein).

- "Nos exigen demasiados milagros. Yo me confieso ya bastante dichoso cuando logro hacer oir a un ciego". (Jean Cocteau).

- "Antes de salir a salvar el mundo, dale tres vueltas a tu propia casa". (Proverbio chino).

- "Dedico esta obra a mis enemigos, que tanto me han ayudado en mi carrera". (Camilo José Cela).

Besos y abrazos,

Don.
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