viernes, 24 de diciembre de 2010

Leyendas urbanas de los matutinos (hoy dorado vespertino)

¡Buenos días!

Ha lucido el dorado sol, frío como el metal (hoy hemos tenido una máxima de 4ºC), por los derredores de la ribera del Manzanares. Dicen que los gloriosos dorados otoñales que nos alegraban la vista se nos fueron hace pocos días ... pero yo sigo viéndolos, casi espectrales, en alguna copa arbórea que otra. Sin embargo no queda otra que centrarse en el invierno que nos toca y abonarse al "carpe diem", desarraigándose de eso de que "cualquier tiempo pasado fue ...", fuera lo que fuese, sin olvidar las lecciones que se destilan de ello. Por eso, hoy me he centrado en admirar el precioso dorado crepúsculo que antecede a esta inminente Nochebuena.

Por cierto, ¡pshhh ...!, no se lo digáis a nadie, pero alguien me acaba de contar que uno le dijo que un conocido me había visto ayer por el cine con alguna que otra refulgente hada de dorados brillos capilares, incluso que estuve revoloteando por ahí con ella ... ¡vete a saber si ...!

Ayer por la tarde, efectivamente, estuve en el cine viendo "Historias de la edad de oro" ("Amintiri din epoca de aur", "Tales from the golden age"), compuesta por seis historias independientes, escritas por Cristian Mungiu, y dirigidas por él mismo y otros cuatro directores rumanos. De Cristian Mungiu había visto su espléndido anterior film de 2007, "4 meses, 3 semanas, 2 días", cuyo matutino podéis ver pinchando aquí.

Se cuentan seis leyendas urbanas (relatos inverosímiles que se presentan como reales y la gente cree que son ciertos) que se contaba la gente en la edad de oro rumana, según autoproclamaba la dictadura comunista de Ceaucescu que era su periodo de gobierno. Estas leyendas urbanas están recreadas con cierto grado de humor, y ambientadas en los años 80, que me recuerdan mucho a los años 40-50-60-70 de nuestra particular "era dorada".

En esta muy buena película, se nos muestra la vida cotidiana de la época, donde la supervivencia del día a día era lo fundamental, desde un prisma un tanto surrealista (el propio surrealismo real de esa época) que aportaba el sinsentido de una dictadura delirante (como todas).

Ahora, algo de sabiduría ajena que nos ayude a discenir leyendas de realidades:

- "Todos los países que no tienen leyendas están condenados a morir de frío". (Patrice de la Tour du Pin).

- "Una mentira es como una bola de nieve: cuanto más rueda, más grande se vuelve". (Martin Lutero).

- "La vida es como una leyenda: no que sea larga, sino que sea bien narrada, es lo que importa". (Séneca).

- "El recuerdo del mal pasado es alegre". (Cicerón).

- "Nunca los cetros y coronas de los emperadores farsantes fueron de oro puro, sino de oropel y hoja de lata". (Miguel de Cervantes).

Besos y abrazos,

Don.
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