¡Buenos días!
En esta deliciosa mañana de primavera, en la que flotan por doquier pelusas y pólenes que me irritan la nariz, y hadas y ninfas que me acarician la imaginación, salgo de mí mismo, dejo de ser hombre y me convierto en lo que mi fantasía quiera. Y vuelvo a humanizarme al poco.
Este fin de semana estuve en el teatro viendo "Woyzeck", una obra inconclusa por la muerte en 1837 de su autor, Georg Brüchner. Está versionada por Juan Mayorga, dirigida por Gerardo Vera, e interpretada por Javier Gutiérrez y Lucía Quintana, entre varios otros.
Inspirada en el hecho real de un soldado barbero que asesinó a su mujer y murió ajusticiado por ello. A través de varias escenas fragamentadas y sin continuidad, nos muestra a este hombrecillo corriente, un insecto manipulado, pisoteado, humillado y ninguneado por todos, que acaba solo, loco y asesinando a su mujer, la única persona a la que ama, en un ataque de celos.
Buenas actuaciones, pero la historia, quizás por su fragmentación y el estar inacabada, no me dijo gran cosa. No me gustó. Dicen que es la precursora del teatro existencial moderno ... pues quizás sea ese su único mérito, pues para mí le falta densidad en lo que se nos trata de contar.
Ahora algo de sabiduría ajena que nos aporte algo más de humanidad:
- "Si los celos son señales de amor, es como la calentura en el hombre enfermo, que el tenerla es señal de tener vida, pero vida enferma y mal dispuesta". (Miguel de Cervantes).
- "Al hombre le gusta ver a su amigo humillado ante él; para la mayoría la amistad está basada en la humillación". (F. Dostoievski).
- "Los hombres, en general, no son sino marionetas maltratadas por un titiritero". (Giovanni Papini).
- "Si sufres injusticias, consuélate, porque la verdadera desgracia es cometerlas". (Pitágoras).
- "¿Qué locura o qué desatino me lleva a contar las ajenas faltas, teniendo tanto que decir de las mías?". (Miguel de Cervantes).
Besos y abrazos,
Don.
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