viernes, 27 de enero de 2012

Matutinos que aman todo lo que les rodea

¡Buenos días!

Da igual que el invierno nos regale días como hoy, grises, amagando lluvia y ligeramente desabridos, porque siempre reparten belleza por doquier y no queda otra que quererlo tal como es. Y aún en estas inclementes circunstancias, o precisamente por eso, mis idolatradas hadas y ninfas no cesan de darme amoroso calor anímico para seguir adelante ... ¡y las amo sin mesura! ...

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo la versión norteamericana de la primera novela de la famosísima y celebrada saga de Millennium. Se trató de "Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres" ("The girl with the dragon tattoo"), de David Fincher, y con Daniel Craig y Rooney Mara. De este director he visto, salvo su debut en 1992 con "Alien 3", todos sus films desde "Seven" (1995) hasta "La red social" ("The social network", 2010), ambas espléndidas.

No os voy a contar casi nada de este film porque os remito a lo que dije en el matutino de la versión sueca, "Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres" ("Män som hatar kvinnor", 2009), de Niels Arden Oplev. Tan solo añadiré que en la vista ayer me gustaron mucho los títulos de crédito iniciales: muy sugerentes. Que fue algo menos liosa que la versión sueca (tal vez porque ya conocía la historia); y que volvió a fascinarme ese icónico personaje de Lisbeth Salander, que casi anula todo lo demás.

Había oído que esta versión norteamericana era mejor que la sueca, pero a mí me parecieron muy buenas las dos, bastante parecidas, cada una a su estilo, enfatizando más o menos en distintos aspectos de la historia que se cuenta. No suelo ir a ver nuevas versiones de antiguos films que ya he visto, pero en este hice la excepción por lo que decía al principio del párrafo. Por ejemplo, no fui a ver la versión norteamericana de esa deliciosa joyita sueca que es "Déjame entrar" ("Lat den rätte komma in", 2008), de Tomas Alfredson, porque es casi imposible superar lo ya excelente, y solo podía decepcionarme, pues no había expectativas de mejora.

Ahora algo de sabiduría ajena, que seguro nos ayuda a congraciarnos, cuando no enamorarnos, con casi todo lo que nos rodea, que bien podría comenzar (y terminar) por las citas del matutino de la versión sueca:

 - "No ser amado es una simple desventura, la verdadera desgracia es no saber amar".  (Albert Camus).

 - "Los hombres no siempre aman lo que quieren; las mujeres no siempre quieren lo que aman".  (Joseph Sanial-Dubay).

 - "El oro es como las mujeres, que todos dicen mal de ellas y todos las desean".  (Lope de Vega).

 - "Si me quieres, quiéreme entera,
 no por zonas de luz o sombra [...]
 Si me quieres, no me recortes:
 ¡Quiéreme toda ... o no me quieras!".  (Dulce María Loinaz).

Besos y abrazos,

Don.
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