jueves, 14 de mayo de 2015

Juramento por la buena salud matutina

¡Buenos días!

Mi leal compromiso con mis matutinos se da por sentado, y casi que ni hace falta juramento alguno, y ellos lo saben y no me piden tales alharacas. Es más, casi creo que ellos más velan por mi buena salud que yo por la suya, y lo hacen de buen grado, siempre, porque es lo suyo, y no necesitan de nada más. Las fiebres de estos días de primavera, con altas temperaturas impropias de esta estación, que casi la hacían delirar y creerse verano, parecen remitir, disminuyendo cuatro grados con respecto a ayer (máxima prevista para hoy de 32ºC en los madriles). Y todo sin tomar ni un medicamento. Mañana, sin llegar a la tiritera, brusco bajón previsto de otros ocho grados más.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Hipócrates" ("Hippocrate"), de Thomas Lilti, y con Vincent Lacoste, Reda Kateb, Jacques Gamblin, y Marianne Denicourt. Es el primer largo que veo de este director francés, que también es médico en ejercicio, y conoce bien de lo que habla en este film.

Un joven que sueña con llegar a ser un gran doctor, comienza su primera experiencia laboral como médico interno residente (MIR) en el hospital en que trabaja su padre, también médico. Pronto descubrirá que la realidad de la praxis médica no se parece en nada a lo que se imaginaba (por ejemplo famosas series televisivas de gran éxito). Todo es mucho más duro y difícil, y la responsabilidad profesional es tremendamente agobiante, que tiene la vida de los pacientes en sus manos (en sus decisiones). Tiene como compañero de trabajo a un médico extranjero con muchísima más experiencia que él, pero que debe hacer de nuevo el MIR en Francia para que le convaliden el título y poder ejercer allí. Deberá afrontar sus limitaciones y temores, y tratar cara a cara con pacientes y los familiares de estos, con el resto de compañeros y con la jerarquía médica, enfrentarse a la muerte y a sus errores.

Una muy buena película (nota: 7) con la que pasé un rato muy agradable, y bastante me dio que pensar, este drama social con muchas gotas de analgésica y reparadora comedia que mitiga la gravedad de las cosas tratadas, las más de las veces socarrona. Se nos muestra el día a día en un hospital público afectado por la crisis y los recortes presupuestarios, de modo mucho más real y cáustico que el de las afamadas teleseries que todos conocemos, pues el director sabe muy bien de lo que habla.

Internos, médicos y enfermeros desmotivados (aunque ilusionados y muy responsables en su trabajo de sanar), cada vez peor pagados y con mayor carga de trabajo, cuando no mayor precariedad de sus puestos de trabajo, que utiliza médicos extranjeros de gran experiencia en sus países como mano de obra barata y a los que asignan los peores turnos. Denuncia crítica del actual sistema sanitario (en Francia, y también en España), en el que los enfermos son cada vez peor tratados, "como ganado", y en el que a veces se dejan de lado algunos preceptos hipocráticos, con el gremio médico siempre en debate interior, y exterior, sobre la ética de su praxis médica. También se aboga por el derecho a la muerte digna. Y yo me pregunto... ¿la sanidad pública (como así mismo la educación), y que se supone universal, tiene que ser rentable?... ???... cosas veredes, amigo Sancho...

Pues en aras de nuestra buena salud mental ahí os dejo unas pildoritas de sabiduría ajena, sólo tres, que abusar de los medicamentos es malo, todas del considerado padre de la medicina moderna:

 - "Que tu alimento sea tu medicina y que toda tu medicina sea tu alimento".  (Hipócrates).

 - "El arte es largo, la vida breve, la ocasión fugitiva, la experiencia falaz, el juicio dificultoso. No basta que el médico haga por su parte cuanto debe hacer, si por otro lado no concurren al mismo objeto, los asistentes y demás circunstancias exteriores".  (Hipócrates).

 - "Si no puedes hacer el bien, por lo menos no hagas daño".  (Hipócrates).

Besos y abrazos,

Don.
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