domingo, 8 de mayo de 2016

Matutino de dolientes casorios

¡Buenos días!

Triste y afligida parece la mañana, quizá porque la gris nubosidad la apesadumbra. Pero no hagamos duelo, ni sangre, del sol huido hace ya bastantes días, que este bodijo sin lucimiento entre la primavera y los tormentosos nubarrones que últimamente nos envuelven no será para siempre, y la radiante luz solar volverá por sí misma.

Este fin de semana estuve en el teatro viendo "Bodas de sangre", escrita por Federico García Lorca (1933), dirigida por Antonio Malonda, e interpretada por Yolanda Rino, Mariano Estudillo, Carlos B. Rodríguez, Marta Guerras, y Alfonso Begara, entre otros. Inspirada en esta obra teatral, hace pocos meses vi la película "La novia" (2015), de Paula Ortiz, donde podréis leer de que va, si es que no conocíais la obra.

Una muy buena adaptación de la obra (nota: 7), Lorca en estado puro, con interludios musicales, cantados y bailados, algunos de flamenco desgarrado, que le sientan como un guante a las obras del magistral Lorca. A destacar por mi parte, la actuación de la actriz que hace de madre del novio; y la cantante, de preciosas y exquisitas voz y entonación.

Ahora algo de sabiduría ajena, que seguro nos ayuda a no hacer sangre de cualquier menudencia y a no casarnos con casi nadie que no se lo merezca:

 - "La sangre se hereda, y el vicio se apega".  (Refrán).

 - "Ni boda sin llanto, ni mortuorio sin risa".  (Refrán).

 - "Se casaron dos, y al otro día
la esposa, con acento candoroso,
al despertar, le preguntó a su esposo:
«¿Me quieres todavía?».  (Ramón de Campoamor).

Besos y abrazos,

Don.
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