¡Buenos días!
Algo imposible me parece esa acción, incluso aunque le añada puertos (por ser políticamente correcto en cuestiones de género), que hay más agujeros por entre mis neuronas que las infinitas sinapsis que las conectan y hacen funcionar, huecos por donde se me cuela de todo, incluso aunque yo no quiera ... así que estos matutinos, remanso de serenidad, seguirán migrando por donde les plazca en este mundo virtual.
El invierno, luminoso, dulce y acogedor, que hace poco atravesó la puerta del solsticio, acaba de arribar por la del año nuevo que recién estrenamos, anclando momentáneamente al abrigo de la suavidad climática.
Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "El Havre" ("Le Havre"), de Aki Kaurismaki, y con André Wilms, Kati Outinen, Jean Pierre Darroussin, y Blondin Miguel. De este peculiar director finlandés había visto los dos últimos de sus varios largos, "Luces al atardecer" ("Laitukaupungin valot", 2006) y "Un hombre sin pasado" ("Mies vailla menneisyyttä", 2002).
Un maduro ex-escritor bohemio, algo pícaro, que se ha retirado voluntariamente en la ciudad portuaria de Le Havre (Francia), donde vive humilde y tranquilamente con su mujer, trabajando como limpiabotas callejero, y alternando con sus convecinos en el bar de la esquina, un día encuentra en su camino a un niño negro inmigrante, fugado de la autoridad. Además, su mujer cae gravemente enferma. Armado únicamente con su optimismo y gracias a la solidaria ayuda de sus vecinos, tratará de evitar que el chaval caiga en manos de la policía.
Una muy buena película, diferente, y como siempre en este director (al menos en los films suyos que he visto), con su marciana mirada sobre las cosas, llena de silencios y punteada con su excéntrico sentido del humor. Una especie de cuento de hadas sobre los desheredados del mundo, sobre inmigración, solidaridad y fraternidad. Un remanso de buenos sentimientos. Por la historia que se nos cuenta, me recordó mucho a un film francés que vi hace pocos años, "Welcome" (2009), de Philippe Lioret.
Ahora, espero que en este remanso de sabiduría ajena al que nos acercamos podamos todos beber y seguir rumbo adelante:
- "Ten echado tu anzuelo. En el remanso donde menos lo esperes, estará tu pez". (Ovidio).
- "La esperanza hace que agite el naufrago sus brazos en medio de las aguas, aún cuando no vea tierra por ningún lado". (Ovidio).
- "Los náufragos no eligen puerto". (Jacinto Benavente).
- "El hombre no tiene puerto, el tiempo no tiene orilla. ¡Él se desliza y nosotros pasamos!". (Alphonse de Lamartine).
- "Cerrad vuestros corazones con más cuidado que vuestras puertas". (Goethe).
Besos y abrazos,
Don.
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Algo imposible me parece esa acción, incluso aunque le añada puertos (por ser políticamente correcto en cuestiones de género), que hay más agujeros por entre mis neuronas que las infinitas sinapsis que las conectan y hacen funcionar, huecos por donde se me cuela de todo, incluso aunque yo no quiera ... así que estos matutinos, remanso de serenidad, seguirán migrando por donde les plazca en este mundo virtual.
El invierno, luminoso, dulce y acogedor, que hace poco atravesó la puerta del solsticio, acaba de arribar por la del año nuevo que recién estrenamos, anclando momentáneamente al abrigo de la suavidad climática.
Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "El Havre" ("Le Havre"), de Aki Kaurismaki, y con André Wilms, Kati Outinen, Jean Pierre Darroussin, y Blondin Miguel. De este peculiar director finlandés había visto los dos últimos de sus varios largos, "Luces al atardecer" ("Laitukaupungin valot", 2006) y "Un hombre sin pasado" ("Mies vailla menneisyyttä", 2002).
Un maduro ex-escritor bohemio, algo pícaro, que se ha retirado voluntariamente en la ciudad portuaria de Le Havre (Francia), donde vive humilde y tranquilamente con su mujer, trabajando como limpiabotas callejero, y alternando con sus convecinos en el bar de la esquina, un día encuentra en su camino a un niño negro inmigrante, fugado de la autoridad. Además, su mujer cae gravemente enferma. Armado únicamente con su optimismo y gracias a la solidaria ayuda de sus vecinos, tratará de evitar que el chaval caiga en manos de la policía.
Una muy buena película, diferente, y como siempre en este director (al menos en los films suyos que he visto), con su marciana mirada sobre las cosas, llena de silencios y punteada con su excéntrico sentido del humor. Una especie de cuento de hadas sobre los desheredados del mundo, sobre inmigración, solidaridad y fraternidad. Un remanso de buenos sentimientos. Por la historia que se nos cuenta, me recordó mucho a un film francés que vi hace pocos años, "Welcome" (2009), de Philippe Lioret.
Ahora, espero que en este remanso de sabiduría ajena al que nos acercamos podamos todos beber y seguir rumbo adelante:
- "Ten echado tu anzuelo. En el remanso donde menos lo esperes, estará tu pez". (Ovidio).
- "La esperanza hace que agite el naufrago sus brazos en medio de las aguas, aún cuando no vea tierra por ningún lado". (Ovidio).
- "Los náufragos no eligen puerto". (Jacinto Benavente).
- "El hombre no tiene puerto, el tiempo no tiene orilla. ¡Él se desliza y nosotros pasamos!". (Alphonse de Lamartine).
- "Cerrad vuestros corazones con más cuidado que vuestras puertas". (Goethe).
Besos y abrazos,
Don.
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