lunes, 17 de junio de 2013

Matutino en trance

¡Buenos días!

Como siempre en estos matutinos ando extasiado, casi obnubilado, sin ver claramente la frontera entre mis ficciones y la realidad ... ¡y qué más da!, si lo que imagino no es sino también parte de mi propia realidad, a la que da sutil forma, moldeándola, como también hacemos con nuestros recuerdos, que bastantes veces no son lo que ocurrió en realidad, aunque así lo creamos (está demostrado científicamente). Por lo demás, mis sugerentes hadas y ninfas no revolotean demasiado en torno a mí, indolentes debido a las altas temperaturas de estos últimos días (máximas coqueteando con los 35ºC). Hoy ha refrescado algo, y en días sucesivos, camino del inicio, este mismo viernes, del verano astronómico, lo harán todavía más, hasta caer por debajo de los 25ºC.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Trance", de Danny Boyle, y con James McAvoy, Rosario Dawson, y Vincent Cassel. He visto la mayoría de los films anteriores de este espléndido director, en concreto: "127 horas" ("127 hours", 2010), "Slumdog millionaire" (2008), "Sunshine" (2007), "Millones" ("Millions", 2004), "28 días después" ("28 Days Later", 2002), y "Trainspotting" (1996); de los que todos me han gustado mucho, y algunos me parecieron mucho más que sobresalientes ("Millones" y "Trainspotting").

Un empleado de una casa de subastas se asocia con una banda criminal para robar una valiosa obra de arte, un cuadro de Goya valorado en muchos millones de libras esterlinas. En el transcurso del atraco recibe un fuerte golpe en la cabeza. Al volver a la conciencia no recuerda donde guardó el cuadro robado. Sus compinches creen que les está engañando simulando la amnesia, así que lo amenazan y torturan, pero no obtienen información alguna. El jefe decide cambiar entonces de estrategia y contrata a una psicoterapeuta, especialista en hipnosis, con la idea de que esta técnica le ayude a recordar.

Una espléndida película que os recomiendo, que comienza como un casi canónico film de atracos, pero que al poco deviene en una especie de thriller psicológico, intrigante y lleno de giros inesperados y sorprendentes, en el que te sientes como en los trucos de prestidigitación, y en concreto los de magia "mental" (de esos que te adivinan el pensamiento "manipulándote" la mente). Tiene mucho ritmo (no sólo de imágenes, sino también de banda sonora) e impecable factura visual, como siempre en los films de este director. Entretenidísima, y además, da algo que pensar, pues va de donde está la frontera entre fantasía y realidad, de donde está la verdad, de quien engaña a quien, de recuerdos olvidados y de si es conveniente o no tratar de recuperarlos. Por bastantes detalles me recordó a otro estupendo film, "Abre los ojos" (1997) de Alejandro Amenábar, y también algo a "Memento" (2000) de Christopher Nolan, y "¡Olvídate de mí!" ("Eternal sunshine of spotless mind", 2004) de Michel Gondry, ambos geniales.

Ahora algo de sabiduría ajena, que seguro nos ayuda a superar los trances a los que nos podamos ver expuestos:

 - "En los trances duros y lo mismo en la bonanza, tente siempre con ánimo sosegado".  (Napoleón).

 - "Sucede muy a menudo que el hombre se engaña primero a sí mismo, antes de engañar a los otros".  (Jaime Balmes).

 - "Nunca se alcanza la verdad total, ni nunca se está totalmente alejado de ella".  (Aristóteles).

 - "Soñar, en teoría, es vivir un poco, pero vivir soñando es no existir".  (Sartre).

 - "La memoria parece grande por lo que muestra en recuerdos; lo es mucho más por lo que ciertamente esconde".  (Niceto Alcalá Zamora).

Besos y abrazos,

Don.
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