martes, 18 de noviembre de 2014

Esquelas matutinas

¡Buenos días!

No, no va el título por la parte funeraria, sino por lo de nota o carta breve, esquemática, ya que en cierto modo estos matutinos son eso, pequeños huesecitos a partir de los cuales, cual armazón que puede montarse, poder ensamblar (que no embalsamar) mi ideario al completo. También, cual diseminados restos óseos fosilizados reblanquecidos por el sol, hoy tenemos algunas nubes de algodón, muy parecidas unas a otras, casi gemelas todas, toda vez que las grises que trajeron lluvias hasta hace pocos días se descompusieron al muy tibio calorcito de estos días de suave otoño (máximas rondando los 15ºC).

Este pasado fin de semana estuve en el cine viendo "The skeleton twins", de Craig Johnson, y con Kristen Wiig, Bill Hader, Luke Wilson, y Ty Burrell. Es el segundo largo de este director, y primero suyo que veo.

Dos hermanos mellizos hace diez años que ni se ven ni se hablan. Viven en puntos opuestos del país, el uno en California, la otra en Nueva York. Un día, justo en el momento en que está a punto de suicidarse, ella recibe una llamada informándole que su hermano está ingresado en un hospital tras un intento de suicidio a causa de una decepción amorosa. Ella le invita a su casa, en la que vive con su marido, durante unos días, para que se recupere. Con sus más y sus menos, tratarán de retomar su pérdida relación de antaño, cantándose la gallina entre ambos sobre el porqué sus vidas han podido ir tan mal como para querer bajarse de ellas.

Buena película esta comedia agridulce con incrustaciones de drama, o viceversa, que al principio no me gustó gran cosa, pero que tras una esplendorosa y radiante escena (los dos hermanos haciendo play-back de una canción) que me sacó de mi desinterés por ella, consiguió engancharme. Historia de la relación de estos dos muy peculiares hermanos, la mar de raritos, con cierto deje autodestructivo, y especie de hermanos calavera; y de cómo van aprendiendo, juntos, a aceptar los sinsabores de la vida, especialmente de su pasado, y las consecuencias de su desastrosa manera de llevarla, y a hacer borrón y a tirar "p'alante".

Ahora, nuestra cita con la sabiduría ajena, hoy sólo con una sola cita, cual esquelética esquela, que seguro, y paradójicamente, nos ayuda a hermanarnos con lo que nos rodea:

 - "Hermano: no nos preocupemos por el mañana. Aprovechemos este soplo de vida. Mañana todos abandonaremos esta posada y nos pareceremos a los muertos de hace diecisiete mil años".  (Omar Khayyam).

Besos y abrazos,

Don.
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