jueves, 17 de mayo de 2012

Cada mañana quedamos en los matutinos

¡Buenos días!

No hay mañanero lugar mejor para mí que estos matutinos en los que instalo mis reales, desde donde perpetro razias contra los dispositivos de aquellos de vosotros que queráis leerlas (con vuestro consentimiento). Desde luego, para mí, son una agradable y placentera odisea de mejoramiento personal y asintótica maduración que jamás tendrá fin. Y la primavera, en sus vaivenes de frío y calor, sol y nubes, sigue aquí con nosotros, en su adecuado tiempo y lugar, para permitir que nos entusiasmemos, cual adolescentes que se niegan a crecer, con todo lo que nos rodea.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Un lugar donde quedarse" ("This Must Be the Place"), de Paolo Sorrentino, y con Sean Penn y Frances McDormand. El título es el mismo de una canción de "Talking heads" (de hecho, actúa en la película su antiguo líder David Byrne). De este director italiano había visto dos de sus anteriores films: "Il divo" (2008), y "Las consecuencias del amor" ("Le conseguenze dell'amore") (2004).

Una antigua estrella de rock, colgado y estrafalario cincuentón que aún conserva su look gótico-siniestro, que abandonó los escenarios hace 20 años y que vive junto a su mujer, retirado en Dublín, rutinaria y acomodadamente gracias a sus derechos de autor, recibe la noticia de la muerte de su padre, con quien no se hablaba desde hace más de 30 años, judio que sufrió el holocausto y que vivía obsesionado con encontrar al criminal nazi que le humilló. Toma la decisión de continuar la tarea de su padre para culminar su deseo de venganza, para lo que emprende un largo periplo por la Norteamérica profunda, donde se oculta el criminal, ya casi centenario, probablemente fallecido.

Una película que me produjo desconcierto y fascinación, pues en casi todos sus elementos me pareció excelente, pero que en el engarce de esas piezas no acabó de gustarme. Una historia de maduración y conocimiento personal de este extravagante personaje a través del viaje, interior y exterior, que realiza para rematar la faena de un padre con el que jamás se entendió. Me recordó por muchas cosas, y el propio director así lo confiesa, a esa obra maestra absoluta del cine de todos los tiempos que para mí es esa rara avis, en el conjunto de la filmografía de su director, David Lynch, "Una historia verdadera" ("A Straight story", 1999), y que os recomiendo muy, muy encarecidamente que veáis. Además, ambos films comparten al actor Harry Dean Stanton.

Bueno, pues ya solo queda este remanso de sabiduría ajena, por el que espero os quedéis un ratito de buen provecho:

 - "Después de la virtud, es el conocimiento, real y esencialmente, lo que eleva al hombre por encima de otros".  (Joseph Addison).

 - "Viaja a los rincones que significan algo para ti, allí donde ocurrieron las cosas importantes de tu vida".  (Alejandro Sanz).

 - "El cabalgar, el viajar y el mudar de lugar recrean el ánimo".  (Séneca).

 - "Muy pronto me di cuenta de que un viaje nunca nos lleva lejos a menos que se extienda dentro del mundo que nos rodea y vaya a la misma distancia dentro de nuestro mundo interior".  (Lilliam Smith).

 - "Nuestro destino no es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas".  (Henry Miller).

 - "El final de toda exploración será llegar al punto de partida y conocer el lugar por primera vez".  (Thomas S. Eliot).

Besos y abrazos,

Don.
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