sábado, 10 de noviembre de 2012

Fisgando lo que me cuentan los matutinos, como en un libro abierto

¡Buenos días!

Como cada mañana me asomo a este mundo matutino, que me recibe siempre con los brazos abiertos de par en par, y al que cuento algunas de mis más íntimas confidencias, siempre en el filo entre realidad y ficción, para que él las difunda por doquiera que alguien las quiera escuchar o leer, y del que aprendo, como buen alumno, todo lo que quiera enseñarme. Por lo demás, el otoño sigue a lo suyo, colándose por nuestros más leves resquicios, embriagándonos con su natural discurrir, sorprendiéndonos con sus historias, que van y vienen, según los días, bien sean grises, obnubilados o lacrimógenos cuando caen chubascos, o bien frescachones y radiantemente luminosos cuando bajan las temperaturas o hace sol, jugando siempre con nuestros estados de ánimo ... si es que nos dejamos influenciar por ello.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo una película sobresaliente, es más, de matrícula de honor, y que por tanto os recomiendo muy encarecidamente que vayáis a ver. Brillante y genial. Se trató de "En la casa" ("Dans la maison"), de François Ozon, y con Fabrice Luchini, Ernst Umhauer, Kristin Scott Thomas, Emmanuelle Seigner, Bastien Ughetto, y Denis Ménochet. Está inspirada en la obra del dramaturgo español Juan Mayorga titulada "El chico de la última fila". De este director había visto, hasta ahora, sólo tres de sus anteriores doce largos, todos excelentes: "8 mujeres" ("8 femmes", 2001), "Swimming Pool (La piscina)" ("Swimming pool", 2003), y "Potiche, mujeres al poder" ("Potiche", 2010).

Comienza un nuevo curso en el instituto y un profesor de literatura francesa corrige aburridamente los deberes de sus alumnos, una redacción. Están llenas de faltas de ortografía y son un desastre. Sin embargo, una de ellas demuestra que su autor posee una perspicaz y sutilísima mirada hacia el banal mundo cotidiano que le rodea. Indaga quien puede ser ese alumno y resulta ser un enigmático adolescente que se sienta al fondo de la clase. En su redacción ha escrito, de un modo fascinante y perturbador, sobre la familia de uno de sus compañeros de clase, y el profesor le anima a que siga escribiendo sobre ello, viéndole madera de gran narrador. Comienza así a seguir escribiendo sucesivas redacciones con estructura de folletín, desarrollando la historia bajo la tutoría del profesor, que enganchan compulsivamente a éste (y a su esposa), y en las que cada vez está menos clara la frontera entre lo que es realidad observada y ficción, además de que parecen afectar a (y meterse en) no sólo en la vida privada de la familia de su amigo, sino también en la del profesor y su esposa.

Una magistral película, poliédrica, irónica, cínica, ingeniosísima, muy divertida, sobre el arte de como narrar una buena historia, sobre nuestra necesidad de que nos cuenten cosas que nos alejen momentáneamente de la realidad, sobre ... Desde el mismo principio, avanza vibrantemente y con mucho ritmo, jugando con el espectador, como hace un prestidigitador, manipulándonos, a base de quiebros narrativos, como asimismo hace el aventajado alumno con el profesor. Es un gran efecto Pigmalión en sentido bidireccional, multidireccional. Está trufada con metalenguajes, metaficción y metarrealidad. Por el hecho de diseccionar el proceso creativo tiene mucho que ver con su film "Swimming pool"; y por ese voyeur que todos llevamos dentro a esa obra maestra que es "La ventana indiscreta" ("Rear window", 1954), de Alfred Hitchcock, amén de varias otras influencias.

Ahora os abro de par en par la sabiduría de otros que he ido fisgando por ahí:

 - "El espectador es un voyeur que quiere que la historia vaya más lejos".  (François Ozon).

 - "La imaginación hace cuerpo de lo que es visión".  (refrán).

 - "Sin el consuelo de la lectura, fácilmente moriríamos de tedio".  (Marquesa de Sévigné).

 - "La lectura hace al hombre completo; la conversación, ágil; la escritura, preciso".  (Francis Bacon).

 - "El arte de escribir consiste en el arte de interesar".  (Jacques Delille).

 - "Si un hombre cualquiera, incluso vulgar, supiese narrar su propia vida, escribiría una de las más grandes novedades que se hayan escrito jamás".  (Giovanni Papini).

 - "Necesitamos desesperadamente que nos cuenten historias. Tanto como el comer, porque nos ayudan a organizar la realidad e iluminan el caos de nuestras vidas".  (Paul Auster).

Besos y abrazos,

Don.

P.D.: Continuará ...
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