lunes, 2 de diciembre de 2013

Matutino de palos y astillas tales ...

¡Buenos días!

... que no lo tengo demasiado claro, que no sé si yo creé los matutinos o ellos me crean de nuevo cada mañana que coincido con ellos, o si no son creación mía ni ellos me crean cada día que pasa, bueno, al menos les cuido y velo por ellos tanto como ellos hacen conmigo, ¡qué más da!, que el caso es que juntos vamos creciendo. Por lo demás, estos días de otoño en "los madriles" no parecen tener mucha semejanza con el otoño que pensamos canónico, que nos está saliendo un "otoñastro" de rasgos invernales, con sus heladas mañaneras y su tibio sol que apenas nos libra de destemplanzas; pero da igual, siguen siendo días deliciosos y adorables, y tan queridos por mí como si fueran los legítimos del otoño. Y en cualquier caso, para calentarme siempre podré hacerme una hogareña hoguerita con los palos y las astillas del título de hoy.

Este fin de semana estuve en el cine viendo una película que desde ya mismo os recomiendo encarecidamente que vayáis a ver, otra maravilla del maestro Kore-Eda. Se trató de "De tal padre, tal hijo" ("Soshite chichi ni naru"), de Hirokazu Kore-Eda, y con Masaharu Fukuyama, Machiko Ono, Lily Franky, y Yôko Maki. De este director había visto cuatro de sus anteriores films: "Kiseki (Milagro)" ("Kiseki", 2011), la excelsa y sublime obra maestra que es para mí "Still walking" ("Aruitemo, aruitemo", 2008), "Hana" ("Hana yori mo naho", 2006), y "Nadie sabe" ("Daremo shiranai", 2004).

Un arquitecto obsesionado por el trabajo y el éxito profesional vive felizmente casado junto a su hermosa esposa y su hijo de seis años en una maravillosa casa en un lujoso barrio, aunque no les presta demasiada atención. Perfeccionista consigo mismo y estricto con las normas familiares, se le vendrá el mundo encima, y a su mujer también, cuando se enteren a través del hospital donde nació su hijo que éste no es tal, y que el verdadero (el genético) vive con otra familia, que hubo un error en la maternidad y los bebés se intercambiaron. Ambas familias se pondrán en contacto y se les abrirá el dilema entre seguir viviendo con el hijo que han criado o dejarse llevar por la sangre y recuperar a su hijo biológico.

Otra preciosidad de película de este director que me fascina por su sosegada mirada a lo que le rodea, con poética naturalidad, atento a los más sutiles detalles, que dicen más que las palabras. Otro acercamiento, desde otro de los infinitos ángulos posibles, al universo familiar, y a la verdadera esencia de la paternidad. Drama de unos padres que se debaten entre la querencia a su sangre (a sus genes) o el afecto dado a alguien ajeno a esto. Una mirada también al modo de educar a nuestros hijos (a veces absurdamente obsesionado en que sean un álter ego mejorado), y si esto es más importante que el que sean carne de nuestra carne o no.

Ahora algo de sabiduría ajena, a modo de buenos consejos paternos a sus hijos:

- "No es la carne y la sangre, sino el corazón, lo que nos hace padres e hijos".  (Friedrich von Schiller).

- "Sus hijos no son sus hijos (...) Pueden darles su amor, mas no sus pensamientos, pues ellos tienen sus propios pensamientos (...) Pueden esforzarse por ser como ellos, mas no intenten hacerlos como ustedes, porque la vida no marcha hacia atrás ni se detiene en el ayer (...) Ámenlos con libertad, no apaguen el fuego de su hogar, vivan y dejen vivir, así ellos siempre les querrán".  (Khalil Gibran).

- "Los padres, para ser felices, tienen que dar. Dar siempre, esto es lo que hace un padre".  (Honoré de Balzac).

- "Das poco cuando das tus posesiones. Es cuando das de ti mismo cuando realmente das".  (Khalil Gibran).

Besos y abrazos,

Don.
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