lunes, 2 de marzo de 2015

No es un secreto que estos matutinos están a nuestro servicio

¡Buenos días!

Sí, y se convierten en lo que ellos quieren ser, lo sean de antemano o no, como este invierno, que en estos días más parece primavera, sin que notemos la diferencia entre ambos, la primavera de hecho (máxima prevista para hoy de 19ºC), y el invierno de derecho, de calendario, hecho y derecho, directo hacia el solsticio.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Kingsman: Servicio secreto" ("Kingsman: The secret service"), de Matthew Vaughn, adaptación del cómic "The secret service" de Mark Millar y Dave Gibbons, y con Colin Firth, Taron Egerton, Samuel L. Jackson, Mark Strong, Michael Caine, Sofia Boutella, y Sophie Cookson. Es el quinto largo de este director británico, de quien había visto su anterior film, "X-men: primera generación" ("X-men: first class", 2011).

Un veterano agente secreto inglés, todo un gentleman, debe entrenar a un joven barriobajero, hijo de un antiguo compañero fallecido cuando le salvó la vida años atrás, pero que promete como efectivo agente secreto, a través de un duro programa de entrenamiento, a la par que trata de luchar contra el megavillano que amenaza con destruir la humanidad.

Una muy buena película (nota: 7), entretenida, con acción, divertida, con su puntito canalla y gamberro, y demás otras incorrecciones políticas, y también algo iconoclasta. Parece un remedo de las de James Bond, pero cambia algunos elementos, dando una vuelta de tuerca más, aportando más causticidad. Pone en cierta solfa el elitista clasismo británico, aportando el efecto Pigmalion, también muy british, como en el film de 1964 "My fair lady" de George Cukor, basado en una pieza teatral de George Bernard Shaw, que el ser caballero no va en los títulos sino en los actos. Me encantó la escena de apocalíptica lucha en una iglesia cristiana ultra, en la que todos parecían unos zombies, antes de, durante, y después de la lucha. Podría haber ido un puntito más allá en su sinvergonzonería y falta de prejuicios con la polémica escena final, la de la princesa escandinava, muy divertida, pues por lógica creo debería haber sido con una princesa británica (tal vez no se atrevió).

Ahora algo de sabiduría ajena que espero siempre esté a nuestro servicio para que nos ayude a desvelar algún secreto para nosotros:

 - "¿Me guardas un secreto, amigo? Mejor me lo guardas si no te lo digo".  (Refrán).

 - "Secreto bien guardado, el que a nadie se ha contado".  (Refrán).

 - "Cómo nos hemos de portar, no depende de nuestra experiencia, sino de lo que esperamos".  (George Bernard Shaw).

 - "La grandeza es sólo una de las sensaciones de la pequeñez".  (George Bernard Shaw).

 - "Lo que al caballero le hace ser caballero es ser medido en el hablar, largo en el dar, sobrio en el comer, honesto en el vivir, tierno en el perdonar y animoso en el pelear".  (Fray Antonio de Guevara).

 - "El andar a caballo a unos hace caballeros, a otros caballerizos".  (Miguel de Cervantes).

 - "Disculpen si les llamo caballeros, pero es que no les conozco muy bien".  (Groucho Marx).

Besos y abrazos,

Don.
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