lunes, 17 de marzo de 2014

Prescripciones matutinas sin rodeos

¡Buenos días!

Otro matutino más que me autoreceto como cura de casi cualquier mal que pudiera acaecerme, sea físico o mental, sin titubeos, sin intermediarios. Vamos directos al equinoccio primaveral, sin nada ni nadie que pueda impedir el chute de hedonista bienestar que nos dará ... bueno, que ya nos está dando esta primavera desde que decidió venir con nosotros antes de que legalmente se instituya la estación primaveral, que ponerle puertas al campo es tontería, que las manadas de seres que quieren disfrutar son muchas, dando brincos o trompadas, que cada cual decide lo que es bueno para él, y no debe dejar que le impongan lo que para otros es lo bueno.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Dallas buyers club", de Jean Marc Vallée, y con Matthew McConaughey, Jared Leto, Jennifer Garner, y Denis O'Hare. Los dos primeros recibieron este año el Óscar a la mejor actuación masculina (principal y secundario, respectivamente). De este director canadiense ya había visto sus tres anteriores films: "Café de Flore" (2011), "La reina Victoria" ("The young Victoria", 2009), y "C.R.A.Z.Y." (2005). Todos me encantaron.

En el Dallas del año 1985, a un electricista y cowboy de rodeo, un macarra mujeriego, machista y homófobo, le diagnostican que padece SIDA y que le queda un mes de vida. Una vez asumido el shock de padecer una enfermedad mortal y que consideraba propia de homosexuales, rechazado por amigos y compañeros de trabajo, no acepta ese destino y se pone a investigar sobre la enfermedad, desafiando a la comunidad médica de su país al empezar a consumir medicamentos ilegales para combatir su enfermedad, que compra en el extranjero. Sin trabajo y arruinado, ve la oportunidad de venderlas de estraperlo para ganarse la vida, y se aliará con otro enfermo, un transexual con tantas ganas de vivir como él. Para eludir las leyes de tráfico de drogas, en lugar de venderlas a otros enfermos, montan un club de compradores en su ciudad, donde las regalan a cambio de una cuota de socio. No sólo sobrevivió el mes pronosticado (vivió siete años más), sino que prosperó, y de rebote ayudó a otros a no morir tan pronto, con mayor eficacia que la medicina y farmacopea oficiales del momento.

Una muy buena película esta historia real de un cowboy de rodeo que quiso seguir montando la vida a pesar de sus riesgos (caídas y tarascadas varias) y contra viento y marea. Se convirtió en experto en curas alternativas a las propuestas por las multinacionales farmacéuticas, contra las que luchó, porque miran más por el beneficio que por el paciente. También pasó de su intolerante homofobia a ser él el rechazado por "apestado" con SIDA, y en el camino cambió su visión de las cosas, y ayudó casi sin querer a otros, más como poderoso efecto secundario de sus ansias de supervivencia que como generosa decisión de ayudar. Muy de agradecer el enfoque de entusiasta lucha por la vida en lugar de dejarse caer en el melodramón de una vida rota por la enfermedad.

Ahora, directos a los lomos de la sabiduría ajena, alguna de cuyas recetas tal vez nos cure de algo:

 - "Apolo, el dios de la medicina, solía enviar las enfermedades. En el principio, los dos oficios eran uno solo, y sigue siendo así".  (Jonathan Swift).

 - "La mejor medicina es un ánimo gozoso".  (Salomón).

 - "El mejor médico es el que conoce la inutilidad de la mayor parte de las medicinas".  (Benjamín Franklin).

 - "El zapato que va bien a una persona es estrecho para otra: no hay receta de la vida que vaya bien para todos".  (Carl Gustav Jung).

Besos y abrazos,

Don.
_____

No hay comentarios: